viernes, 21 de junio de 2013

Recuperación de los suelos salinos

DIALOGO CON ROBERTO CASAS, INGENIERO AGRONOMO Y DIRECTOR DEL CENTRO DE RECURSOS NATURALES DEL INTA


Los suelos salinos, históricamente dejados de lado para la producción agropecuaria, tienen hoy una importancia estratégica en el plan agropecuario nacional. Hay trece millones de hectáreas que pueden recuperarse para la ganadería.

–Usted ahora tiene un cargo de gestión. ¿Eso impide investigar?
–En absoluto. En los últimos años me he dedicado con fuerza a investigar sobre los suelos alomórficos, o sea, aquellos suelos que están afectados por sales y por sodio. Es una problemática muy difundida, que afecta en la Argentina alrededor de trece millones de hectáreas. En este momento, ante el avance de la agricultura en muchos de los mejores suelos, mucha gente está pensando en los suelos alomórficos (de menor aptitud) que pueden ser recuperados y destinados a la ganadería y en algunos casos también a la agricultura.
–¿Es muy difícil recuperarlos?
–Depende del grado de afectación que tengan. El problema de la salinidad es bastante importante, porque el sodio es un elemento que se introduce en las arcillas y la materia orgánica y luego es muy difícil eliminarlo. La arcilla y la materia orgánica son lo que le da la fertilidad y la estructura al suelo, por eso el sodio, cuando se introduce allí, dispersa a los materiales. La dispersión es lo contrario a la estructuración; por eso es muy importante eliminar el sodio del suelo, a los efectos de que estos suelos mantengan su fertilidad y su estructuración. Justamente quienes estamos trabajando en el manejo de suelos alomórficos lo que buscamos es reemplazar el sodio que está metido en el suelo por otros cationes (como el calcio y el magnesio), que son útiles para el suelo.
–¿El sodio, el magnesio y el calcio no son del mismo grupo?
–No, el sodio es dispersante, mientras que los otros dos son estructurantes. El sodio es monovalente, mientras que el calcio es un alcalino térreo bivalente.
–¿Y qué es lo que hace con eso?
–Lo que buscamos es recuperar estos suelos para la producción. Son suelos que están improductivos, entonces por medio de técnicas de fitorremediación (manejo de plantas de cultivos) intentamos ir mejorando la actividad productiva de los suelos. En una primera etapa, lo que estamos buscando es que el suelo se cubra con pasturas naturales, porque estos suelos habitualmente presentan peladares (se encuentran sin vegetación). Lo que se busca en una primera etapa es clausurar estos lotes y que venga cualquier tipo de vegetación natural. Una vez que tenemos cierto grado de cobertura del suelo, lo que hacemos es secar esa vegetación con algún tipo de herbicida y a continuación sembramos algún tipo de pastura adaptada a las condiciones de salinidad. Básicamente, estamos trabajando con agropiro, con lotus y con grama rodhes, que es una pastura de mucho crecimiento tolerante a la salinidad. Una vez que logramos implantar estas praderas, hay que hacer un manejo adecuado (no sobrepastorear), sobre todo durante el primer año. Una vez que logramos cobertura de suelo, vamos generando un proceso de mejora continua de las condiciones de salinidad del suelo.
–¿Cómo se logra esto?
–Las raíces, a través del proceso de respiración celular, generan dióxido de carbono, que combinado con el agua se transforma en ácido carbónico. Este ácido genera condiciones ácidas en el suelo y justamente este ácido contrarresta la acción del álcali que origina el sodio (el hidróxido de sodio). Creando condiciones ácidas, estamos contrarrestando la alcalinidad del sodio.
–¿Y tarde o temprano el sodio desaparece?
–Se va desplazando de a poco. No es que lo desplacemos completamente, porque se trata de ambientes vastos en los que el sodio siempre está dando vueltas. Pero logramos que haya un equilibrio lo suficientemente grande como para producir pasturas y transformar suelos que prácticamente no producen carne (o producen unos pocos kilos) en pasturas con una producción más que razonable.
–¿Cuánto tiempo lleva ese proceso?
–Si se hace de manera ajustada, en aproximadamente un año ya tenemos instalada una pastura en condiciones de producir. De todos modos, el primer año hay que hacer un pastoreo liviano, acotado, con alambrado eléctrico, un pastoreo rotativo. Ya a partir del segundo año, ese lote está en condiciones de producir en condiciones de total productividad.
–¿Qué cantidad de hectáreas están en estas condiciones?
–Trece millones de hectáreas son alomorfas.
–¿Y dónde están?
–Las áreas más afectadas cuantitativamente son la depresión del Salado, en la provincia de Buenos Aires, el noroeste de la provincia, los bajos meridionales (en el norte de Santa Fe) y muchas regiones de Chaco. Todas estas áreas están en condiciones de secano, con lluvias naturales. Aparte, tenemos las áreas de riego en la provincia de Mendoza, San Juan, Santiago del Estero, Salta, donde además de estos trece millones de hectáreas hay afectadas áreas de riego que son una menor cantidad de superficie, pero son tierras muy valiosas. Usted sabe que poner en producción un área bajo riego cuesta mucho, por lo cual hay que cuidarlas. Es una problemática distinta de la de las áreas en secano, ya que lo que importa para estas áreas bajo riego es el sistema de drenaje. Para que no se salinicen, estas áreas tienen que tener un buen sistema de drenaje, que tiene que planificarse de antemano. La problemática es diferente: en Mendoza, por ejemplo, para producir es necesario crear oasis de riego, lo cual es muy caro. Para que no se salinicen estas tierras hay que planificar muy bien el sistema de drenaje.
–¿Se pueden extender los oasis?
–Sí, claro, pero son proyectos muy costosos. Yo creo que más que extender hay que defender muy bien las tierras que tenemos bajo riego y en secano. En un momento donde Argentina quiere alcanzar los 160 millones de toneladas de granos y aumentar muchísimo la producción de carne, tenemos que apuntar a que estas tierras salinizadas se recuperen y puedan sumarse a la producción para que pueda cumplirse el plan estratégico nacional.
–¿Ustedes están haciéndolo en forma experimental en las áreas de secano?
–Sí. Y trabajamos en pequeñas superficies. Yo estoy trabajando en el noroeste de la provincia de Buenos Aires, en un sistema que es representativo de tres millones de hectáreas. Hay otra gente que está trabajando en la depresión del Salado, donde hay casi tres millones de hectáreas afectadas por los mismos problemas. Pero el trabajo experimental concreto obviamente se hace en pequeñas superficies.
–Y luego, ¿cómo se extiende?
–El INTA tiene un sistema de extensión al cual nosotros nutrimos con la información y los resultados que obtenemos. El sistema de extensión es el que se ocupa de trabajar en el territorio con los productores, tratando de extender estos conocimientos.
–¿Y tienen éxito?
–Sí. Hay un sistema de transferencia de esta tecnología que está muy aceitado. Además del trabajo que hace Extensión, nosotros hacemos folletos de divulgación, llevamos información a los portales. Hoy en día el productor agropecuario argentino es un productor muy informado, asiste a congresos, a jornadas, consulta portales de Internet y esta información circula mucho por estas vías.
–¿Cuántas hectáreas se están recuperando?
–Una cantidad muy importante. Hay ya muchos productores que están trabajando en pasturas megatérmicas, trabajando con agropiro. Esto está en pleno proceso de difusión: son varios millones de hectáreas.
–¿Qué son las pasturas megatérmicas?
–La grama rhodes, por ejemplo, que le comenté al principio. Esto se está difundiendo en gran medida. Pero como dijimos al principio, esto es algo que está en permanente avance y siempre hay nuevas cuestiones para experimentar y para probar.
–¿Por ejemplo?
–Estamos trabajando por un lado en fertilización de estas pasturas, para que produzcan más, lo cual implica la aplicación del estudio de cómo debe hacerse la fertilización en estos suelos. Porque los suelos alcalinos tienden a insolubilizar el fósforo, precipitarlo, de modo que no está disponible para el cultivo. Eso ocurre por el ph elevado que tienen estos suelos. Entonces tengo que buscar los métodos de aplicación de los fertilizantes de modo que no me precipiten tan rápidamente y la planta lo pueda tomar. También estamos estudiando la aplicación de silicio líquido, que tiene un efecto sobre las células de la planta que aumenta la tolerancia de las plantas al sodio y las sales. Todo eso lo estamos investigando, faltan muchas cosas por investigar, pero estamos midiéndolo.
–Hay dos caminos entonces. Uno es eliminar el sodio y el otro es buscar plantas que lo toleren.
–Exacto. Son las dos grandes líneas, que obviamente están asociadas.
–¿Y se está notando esto?
–Sin duda. Un suelo en condiciones críticas produce menos de 50 kilos de carne por hectárea. Un suelo en pleno proceso de recuperación produce arriba de 300 kilos. O sea que hay una diferencia abismal.
–¿Y se nota en el producto bruto agropecuario general o todavía no?
–No lo tenemos medido, porque estamos en pleno proceso de recuperación de este proceso. Históricamente, a los suelos salinos se los abandonó, porque la Argentina tenía muchas tierras para utilizar. Pero ahora, con el precio que tienen los granos y el avance de la agricultura sobre los mejores suelos, queda muy poco para la ganadería. Estos suelos, que antes no eran ni siquiera mirados, están adquiriendo una importancia estratégica.

jueves, 13 de junio de 2013

Sobre la capacitación de los espermatozoides

DIALOGO CON ANA ROMAROWSKI, DEL IBYME, INVESTIGADORA EN BIOLOGIA DE LA REPRODUCCION


El fenómeno de la reproducción es tan fascinante como complejo. Los mismos espermatozoides, que pueden parecer tan sencillos, deben atravesar varios estadios y procesos para poder fecundar.

–Usted está haciendo un doctorado, lo cual significa que está investigando algún tema. ¿Cuál es ese tema?
–El proyecto de mi doctorado consiste en estudiar la relación entre el proceso de exocitosis acrosomal...
–Antes que nada: ¿qué es eso? –En la cabeza del espermatozoide hay un núcleo y además del núcleo hay una cabeza, llamada acrosoma. En términos generales, el proceso de exocitosis acrosomal consiste en la liberación de esta vesícula.
–¿Qué quiere decir liberación? ¿A dónde se va? –Lo que sucede es que se produce una fusión entre membranas (la membrana plasmática de todo el espermatozoide y una membrana externa de esta vesícula) y eso es lo que genera que se libere el contenido que está dentro de la vesícula acrosomática. En términos generales, la idea es que la vesícula contiene enzimas que van a degradar las paredes que contienen al ovocito y esto va a permitir que se fusione el espermatozoide con el ovocito.
–¿Y su doctorado? –Justamente consiste en ver cuál es la relación entre este proceso de exocitosis acrosomal y el citoesqueleto de actinas.
–Que es... –La actina es una proteína que se encuentra dentro del espermatozoide y puede aparecer tanto en forma globular como en forma polimerizada, como polímero. Lo que se vio es que durante la capacitación de los espermatozoides...
–¿Capacitación? –Sí. Es un proceso que atraviesa el espermatozoide una vez que es expulsado en la eyaculación. Cuando sale, el espermatozoide todavía no está listo para poder fertilizar el ovocito; debe atravesar un proceso que se llama “capacitación”, que se sucede en el tracto femenino. Este proceso consta de un montón de acciones que ya están reportadas. Una de ellas es que durante la capacitación de los espermatozoides sucede una polimerización de la actina, esto es, la actina pasa de estar en forma globular (como proteína sola) a formar un polímero, una cadena. La hipótesis de mi proyecto de doctorado tiene que ver con esto.
–A ver... –Suponemos que esta polimerización de la actina generaría una cierta estabilidad en el proceso de exocitosis acrosomal, lo cual permite que el proceso se dé en estadios intermedios hasta que recién cuando llega el estímulo indicado se dé por completo la reacción acrosomática.
–O sea que la polimerización de la actina es el regulador... –Sí, estaría regularizando unos estadios intermedios de esta reacción acrosomal (la que se producía por la fusión entre membranas). La pregunta entonces es cómo es que se da este proceso paulatinamente, porque no puede ser que se dé completamente de golpe. Lo que estaría estabilizando estos estadios intermedios sería el proceso de polimerización de la actina.
–Vamos de nuevo al escenario. Nosotros tenemos el espermatozoide, que necesita, para ser fecundo, que se produzca la exocitosis del acrosoma. El acrosoma está dentro del espermatozoide y de alguna manera se pega a la membrana y sale... –En realidad, hay que imaginarse que se forma como una especie de bolsita en la que la membrana se fusiona con la membrana plasmática de toda la célula del espermatozoide. Entonces esta membrana, que se llama “membrana acrosomal externa” es la que se fusiona y queda pegada, y es como que se forman poros entre la membrana acrosomal externa y la membrana plasmática. Entonces eso es lo que permite que empiece a salir el contenido intraacrosomal.
–El acrosoma, entonces, se pega a la membrana y se forman poros por donde sale lo que tiene que salir. –Exactamente.
–Y este proceso no se hace automáticamente ni de un tirón, sino que tiene estadios intermedios. –Sí, claro. Por ejemplo, esta formación de poros. Si no me equivoco, en las células del sistema nervioso se libera una vesícula y es como si se liberara una bolsita con el neurotransmisor. En este caso, es un tipo de secreción distinta, en la cual se producen varios estadios intermedios. Igual ésta es la hipótesis, es lo que estamos tratando de investigar.
–Pero es lo que usted cree que pasa. –Sí, pero la investigación está en un momento incipiente.
–¿Y cómo supone que la polimerización de la actina interviene en ese proceso? –Bueno, lo que yo me imagino que está sucediendo (y digo “me imagino” porque todavía no vimos esto) es que justamente la actina en forma polimerizada estabilizaría estos estadios intermedios y recién cuando viene el estímulo apropiado para que se culmine la relación acrosomal, o sea, que la vesícula se libere por completo, esta actina se debería despolimerizar. Lo que pienso es que la actina polimerizada debería estar entre la membrana plasmática y la membrana acrosomal externa estabilizando los puntos de fusión que se generan entre ambas membranas.
–¿Y cómo hace para verificar o refutar la hipótesis? –Primero miramos, con experimentos in vitro en los que usamos lo que se supone que hay en el tracto vaginal femenino, si durante la capacitación se ve una polimerización de la actina.
–¿Y cómo se mira eso? –Usamos una sonda que florece y se une a la actina polimerizada. Si yo comparo un espermatozoide que no está capacitado, es decir, que no debería tener la actina polimerizada, con espermatozoides que sí están capacitados (es decir, que tienen la actina polimerizada), debería ver marcas fluorescentes en esa zona.
–Y ahí vería que se polimerizó. –Sí, ésa es una de las formas.
–Pero no vio todavía de qué manera actúa sobre la vesícula. –No. Otra de las técnicas, que estamos todavía poniéndola a punto, es la de observar por electromicroscopía para poder observar bien este evento. La idea es ver, por un lado, qué pasa con la polimerización de la actina y, por el otro, ver qué pasa con las membranas. Ahí se puede tener un panorama más completo.
–Es todo muy complejo y maravilloso. El acto clave de la vida, que es la reproducción, tiene muchos vericuetos y muchas vesículas. Podría haber sido más simple, ¿no? Es interesante pensar por qué en la historia evolutiva estos procesos fueron seleccionados. ¿Ustedes no trabajan con la parte evolutiva? –No, aunque ver esto puede servir para un montón de otros procesos. Estudiarlo a fondo sirve para entender distintas cuestiones. Pareciera bastante complicado, pero seguramente para el organismo no lo sea tanto.
–Visto desde lo macro, sí. Parece un mecanismo mucho más complejo que la fisión del uranio o las supernovas. Da la sensación de que son sistemas mucho más difíciles que aquellos con los que uno se encuentra en la física. –Acaso sea así.

martes, 11 de junio de 2013

Galileo

Yo. arrodillado, juro que creo, y abjuro y aborrezco mis errores y me someto al castigo.

Galileo Galilei.

Como Darwin, como Arquímedes, como Newton, como Copérnico, como Einstein, Galileo es una de las figuras centrales de la historia de la ciencia. Pero si a aquellos se los asocia generalmente con tal o cual teoría, Galileo es más complejo, más difuso: es una luz no puntual que ilumina a través de] tiempo y que llega a todos los rincones. La condena por parte de la Iglesia, que lo obligó a pasar los últimos años de su vida recluido en una villa cerca de Roma, lo convirtió merecidamente en un mártir y en un símbolo de la lucha entre la razón y el oscurantismo. Su actividad multifacética hace que se lo encuentre en cada recodo. La historia de la torre de Pisa (aunque probablemente falsa) atestigua la voluntad de transformarlo en un campeón (o por lo menos en un símbolo) de] nuevo método experimental. Su insistencia en el matematismo del mundo lo muestra como un avanzado de las ideas que, sólo cincuenta años más tarde, estallarán con Newton. Lo cierto es que Galileo está en la base misma de uno de los períodos más brillantes de la historia de la ciencia. Con justicia puede considerárselo el fundador de la física moderna, y junto a Kepler, uno de los grandes responsables del triunfo del sistema copernicano. Había nacido en Pisa el 15 de febrero de 1564, y su padre lo destinó al estudio de la medicina: pero Galileo se orientó rápidamente hacia la física y la astronomía. En uno y otro campo sus contribuciones fueron decisivas. Fue probablemente el primero en enfocar un telescopio hacia el cielo, inaugurando una nueva era: vio a la

Vía Láctea disolverse en un mar de estrellas, y vio manchas en el Sol -con lo cual destruyó la supuesta perfección del astro rey- y, lo, que es más importante, encontró satélites girando alrededor de júpiter, con lo cual asestó un golpe formidable al dogma de que todo giraba alrededor de la Tierra, y proporcionó una fanfarria más al triunfal ascenso del sistema copernicano.

En la mecánica, Galileo se dedicó al estudio del movimiento: su descubrimiento temprano de las leyes del péndulo es apenas un jalón, coronado muchos años más tarde al enunciar la ley de la caída de los cuerpos, tras haber encontrado la solución de un problema que no habían podido resolver sus labulosos precursores y contemporáneos Copérnico, Giordano Bruno, Kepler, De-scartes. Para el aristotelismo, la velocidad de caída dependía del peso: Galileo estableció que todos los cuerpos caen en el vacío con la misma aceleración, y la ley que rige el camino recorrido: proporcionalidad al cuadrado del tiempo transcurrido. Al formular esta ley en forma precisa y contundente, Galileo pone en entredicho toda la física de Aristóteles (y la del ímpetus). ¿Cómo llega a este resultado? ¿Qué es exactamente lo que hace? No es tirar esferas iguales desde lo alto de la torre de Pisa -aunque podría haberío hechosino, además de medir y experimentar, imaginar, plantear las condiciones ideales para el experimento y razonar sobre la base de ellas, es decir, abstraer. Esto, que hoy en día resulta obvio para cualquier estudiante que se inicie en el estudio de las ciencias, no lo era entonces ni mucho menos. Nada iba a avanzar hasta que no se rompiera con el espacio compacto y carente de vacío de Aristóteles, donde los móviles se dirigían a sus lugares preestablecidos, y hasta que no se tratara al espacio físico como una entidad geométrico, euclideana y, como tal, abstracta. Galileo comprende que el mundo, por lo menos tal como lo explica la ciencia, es abstracto, y que el lenguaje a utilizar para describirlo es el lenguaje matemático. Aquí hay una ruptura no sólo física, sino filosófica, de una magnitud que ahora es dificil apreciar y que puede compararse -si se quiere- con la que inicia Descartes sentado frente a su chimenea en Holanda, estableciendo la duda metódica y partiendo de cero para reformular la filosofía occidental. "El libro de la naturaleza está escrito en caracteres matemáticos", dijo Galileo, enunciando el principio general de la nueva física; poco más tarde, Newton escribiría ese libro.

Pero más allá de todos sus descubiimientos, y del decisivo empujón que dio a la ciencia, Galileo es el símbolo de la lucha entre la verdad y el poder: no debe extrañar que haya inspirado a escritores, poetas y generaciones de científicos. Sin embargo, más que el personaje que nos muestra Brecht, Galileo parece una creación de Milan Kundera. Su retractación fue quizás el acto más lúcido de su vida, y una de las mayores enseñanzas que nos dejó, además de una preciosa contribución al método experimenta]: en vez de inmolarse en el altar de la verdad y en aras de un heroísmo dudoso, hace lo que le exigen sus jueces, sabiendo que nada cambiará porque alguien firme o confiese tal o cual cosa: en suma, que la estupidez no puede triunfar sino momentáneamente. La tal vez falsa anécdota del susurro por lo bajo ("igual se mueve"), que "se non é vera é ben trovata", resulta completamente redundante.

viernes, 7 de junio de 2013

La biotecnología y sus promesas

 DIALOGO CON MARIA ANTONIA MUñOZ DE MALAJOVICH, DOCTORA EN CIENCIAS BIOLOGICAS DE LA UFRJ


Para los más entusiastas, la biotecnología promete grandes soluciones en los campos de la salud, la agricultura y hasta bio-remediar la contaminación ambiental. Para otros, siempre está presente el miedo de que la modificación genética desarrolle males peores.

–Usted acaba de publicar una segunda edición de un libro sobre biotecnología. ¿Qué tiene que ver eso con su trabajo?
–Yo coordino el área de biotecnología en el Instituto de Tecnología ORT de Río de Janeiro. Desde fines de la década del 80 comencé a interesarme en el tema, luego de una reunión en Israel en la que se habló tanto de robótica como de biotecnología. El director de ORT Brasil me sugirió hacer un proyecto sobre biotecnología. Imagínese: fines del ’80, no había Internet, todo era mucho más complicado. El proyecto resultó muy interesante, y logramos montar un curso de biotecnología. ORT Brasil es una escuela que da enseñanza técnica de nivel medio (como las de acá). Como coordinadora de biotecnología monté los cursos y los laboratorios y me encontré con la dificultad de encontrar textos de biotecnología o cualquier cosa para que mis alumnos estudiaran. Me puse entonces a escribir pequeñas cosas, y en el 2000 un ex alumno me contactó con una editora para publicar el libro de biotecnología. Este libro llegó a la Argentina gracias a algunos amigos, se hizo una traducción en la Universidad de Quilmes y ahora se viene la segunda edición.
–¿Y qué investiga?
–Hago una investigación de tipo más docente, no hago una investigación científica regida por los moldes de las universidades. Una de mis preocupaciones es cómo enseñar biotecnología de una manera práctica, económica y accesible.
–¿Cómo se hace?
–Trabajando, buscando protocolos, adaptándolos, simplificando, experimentando. Y también inventando. Por otra parte, tengo una página en la cual divulgo todos estos trabajos de tal manera que un profesor pueda tener acceso a la información. Eso me ha dado mucho reconocimiento en Brasil. Al mismo tiempo, colaboro en entrenamiento de los ganadores de las olimpíadas de biología y actúo en la dirección científica de la Asociación Nacional de Bioseguridad.
–¿En qué punto está la biotecnología ahora?
–Dicen que las tecnologías en general tienen un crescendo de 50 años y luego se estabilizan. Yo creo que todavía falta para llegar al punto de estabilización, pero también creo que ha hecho ya grandes cambios y que va hacer cambios aún más grandes en nuestra vida.
–¿Qué está haciendo ahora?
–Aplicaciones en el campo agrícola (y eso va a continuar); en el área de medicamentos se están diseñando algunos más eficientes, más dirigidos...
–¿Por qué la biotecnología incide en la fabricación de medicamentos?
–Buena parte de los medicamentos son proteínas, moléculas muy grandes que uno puede sintetizar fácilmente. Si se puede trasladar un gen a una bacteria o un animal, uno tiene una especie de fábrica ya montada que “prepara” la proteína: luego uno la puede aislar y la obtiene más fácil. Aquí tenemos un aspecto de la biotecnología que a mí me llama mucho la atención, que es la distancia entre lo que se dice que se va a hacer y lo que se hace. Yo siempre digo que la biotecnología es lo que llega al mercado e incide sobre la vida cotidiana; el resto es investigación científica que podrá o no llegar a ser una aplicación biotecnológica. Si nos ponemos a fantasear podemos pensar cualquier cosa, pero yo creo que van a ser en última instancia aplicaciones muy concretas (en el campo ambiental, el agrícola, el de salud). No me gusta entrar en la fantasía de lo que podemos llegar a hacer.
–Pero hay líneas de investigación... Por ejemplo, en lo medioambiental, ¿para qué puede servir?
–Existen posibilidades de bio-remediar, es decir, utilizar organismos biológicos para eliminar la contaminación ambiental. Esto se puede aplicar a innumerables situaciones, porque lo más interesante de todo es que cada situación requiere una solución personalizada. Cada situación debe ser estudiada en su particularidad para ver si lo que en términos generales uno piensa que puede funcionar efectivamente funciona. Lo que me parece más interesante de la biotecnología es, entonces, la diversificación. Cada situación es única y requiere respuestas puntuales.
–La biotecnología es algo muy novedoso y da la posibilidad de intervenir en el torrente biológico. Me parece que por eso despierta toda clase de fantasías.
–Yo creo que el hombre ha modificado el ambiente biológico desde que salió de la caverna. Las posibilidades tecnológicas, sin embargo, son mayores ahora. Y nos enfrentamos por eso a varios mitos: el mito de la caja de Pandora, por ejemplo, que supone que podemos hacer surgir un monstruo espantoso; el mito del Arca de Noé, según el cual uno puede mezclar una especie con otra (como si eso no hubiera sido hecho en la genética anteriormente)... Hay un miedo a modificar una cosa que ya está predeterminada: la “Creación”. Para algunas personas es muy controversial intervenir en la naturaleza. La idea es modificar, sí, con buen sentido y con buen criterio, para ver qué se puede hacer para mejorar el planeta, la humanidad y la vida de la gente.
–¿Y quién garantiza el buen sentido y el buen criterio?
–En primer lugar, las personas que lo hacen. Luego tiene que haber, sin duda, instituciones que regulen y controlen eso. Las grandes discusiones surgen cuando la gente no siente que exista una estructura que la proteja. Dentro de los gobiernos tiene que haber estructuras que analicen cada cuestión que la biotecnología genere.
–Sin embargo, hay muchas cosas que tienen mucho respaldo institucional y no hacen que la gente se sienta segura. Un ejemplo es lo que está pasando con el glifosato acá o lo que pasa con la energía nuclear.
–Pero al público no lo convence por muchos motivos, uno de los cuales es que duda de las propias autoridades. Pero también porque falta mucho conocimiento: hay una gran caída en el nivel de enseñanza de ciencias en todo el mundo. El conocimiento queda entonces en un pequeño grupo que toma las decisiones. La mejor solución para esto sería enseñar ciencias bien, de tal manera que las personas puedan participar de lo que se hace. Pero llega un punto en la tecnología en que el “gran público” no puede participar. Por eso digo que es importante tener grupos que puedan dar la certeza de que las cosas se están haciendo bajo parámetros aceptables.
–¿Y no puede ser que la biotecnología produzca algún desastre ambiental? En plantas, por ejemplo.
–Es muy difícil que eso ocurra. En general, en biotecnología (como en cualquier tecnología) el riesgo cero no existe. Lo que se puede hacer es mitigar los posibles efectos negativos de lo que uno hace. Pero cuando se usa una planta, una planta transgénica por ejemplo, se la usa sabiendo que tiene condiciones que no pueden generar plagas.
–El problema que hay con esas cosas es que en el mediano plazo no se sabe qué puede pasar.
–Hay estudios que permiten saber qué puede pasar. Yo no tengo tantas dudas al respecto. Creo que hay un público que se preocupa mucho con esas cosas. De la biotecnología tal como era veinte años atrás, lo que yo veo hoy es que hay una organización mayor.
–¿Y qué es lo que está pasando en biotecnología ahora?
–Hay un desarrollo que va creciendo e impactando en diferentes áreas de diferentes modos. Me parece que eso es lo central.

lunes, 3 de junio de 2013

Un éxito inesperado


Lucharás con el hierro y lo harás
radiactivo
y perseguirás al oro como Aquiles a Héctor
en las murallas de Troya
y finalmente lo harás
radiactivo.

Pero no podrás conmigo.

De casilla a casilla, de lugar a lugar,
de sitio a sitio
de la Tabla Periódica
harás radiactivo todo lo que tocas
irradiarás la plata, el zinc, el aluminio
el litio humilde, el tungsteno poderoso,
el extraño lantano, y el tecnecio
que no existe en la tierra
como un mito
que se extinguió hace mucho,

y el cobre alado
y el modesto berilio
y el fósforo y el azufre que recuerdan al Diablo.

pero no lograrás que yo emita

Aquí me quedaré, íntegro, estable
como fui siempre.

               George Hofheimer, Contra la Radiactividad Artificial, en Antología de la Literatura Radiactiva, tomo V, poesía y radiación.