martes, 2 de noviembre de 2010

La Dama de la Torre: capítulo 37

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CAPITULO 37

Acodada en la barandilla del barco, que puede ser ya el Queen Mary, ya el Enrico C, la Dama de la Torre piensa que no hay nada mas impresionante que la construcción de la memoria. Porque al fin y al cabo, qué se puede recordar?

Una siesta veraniega, un día junto al mar. O bosques, o aromas. Muchas veces, ciudades, o caminos entre ellas, y en ese caso se recuerda solo el camino, y no lo que se ve a los costados, o el cadáver de un penitente, tendido en la cuneta, en posición fetal, y aherrojado por la pesada carga de sus cilicios. Todo esta, naturalmente, quieto. El aire parece no moverse, como si fuera una piedra traslúcida. Aquí y allá, sonidos dispersos van definiendo los límites del escenario, marcan el volumen de la escena y evitan que se desmorone sobre sí misma. Dos o tres palabras entrecortadas de tal manera que parecen susurros, llegan desde el interior de la casa. Otras, desde más atrás. Es una mansión victoriana,agobiada por el flujo ininterrumpido de una siesta densamente moral.Inevitablemente zumban insectos que han resuelto ignorar esa quietud momentánea pero obligatoria.Pero es el zumbido lo que se recuerda,no los insectos.Apenas un sonido que se desplaza invisible,y luego se disuelve en la luz monótona,inmóvil.Todo parece antiquísimo y envuelto por cierto candor,hasta los objetos mas recientes parecen cosas de la infancia.La escena,sin embargo,es compacta,esta bien armada.Incluye incluso el olor de ciertos scones que pertenecen a otra escena,que solo sucederá unas horas más tarde,y que por alguna razón,no será recordada.

Y entonces aparece el cable de la electricidad.Un cable grueso,que serpentea por el pasto y se interna en un cobertizo (que esta fuera del limite del recuerdo) para alimentar el funcionamiento de las máquinas. Y que puede tener que ver un cable con el recuerdo? Como ubicar la electricidad en la memoria? Si la memoria es solo roce,sensaciones de contacto,el puro mundo de lo mecánico,de lo absolutamente simple! No puede haber electricidad,ni cables! Todo lo moderno debe ser automáticamente excluído. Y entonces? Como deberemos fragmentar la escena , como suprimir al intruso ? Podrá Lady Chevesley borrar ese pedazo como se borra un compás de una cinta grabada? Y de todas maneras, que haremos de ahora en adelante con las máquinas? Como harán las generaciones futuras para recordar la electrónica,las computadoras,los puntos que titilan en las pantallas y que no parecen ser materia prima apropiada para el recuerdo? Se borrarán,simplemente?

 Y las electrodisipadoras? Cómo puede recordarse una electrodisipadora ? El arte de la memoria terminará siendo sólo una rama de la ingeniería ? Como es que no todo puede recordarse,y como es que no se puede dejar de recordar? los ojos de Lady Chevesley se proyectan hacia afuera,como una interrogación.

-Es que solo se recuerda lo discontinuo dice el terrible Bairoletto En el curso de mis andanza he conocido a muchas madres.Madres violadas, viudas, decapitadas, empaladas, ejecutadas de distintas formas.He matado madres con mis propias manos.En realidad,puede decirse que la carrera de un bandido famoso,no es mas que una sucesión de madres que se desvanecen en sus manos.He conocido madres amantísimas,y madres que sólo lo eran en un sentido biológico,inerte.Y todas ellas coincidían en una sola cosa : la imposibilidad de recordar a sus hijos,salvo la última imagen.La continuidad del crecimiento las desorientaba.Hay que reconocer que la fotografía ha cambiado muchas cosas,estableciendo una nueva base metafísica y física para la memoria.

-Todo esto ya lo sabíamos dijo el Comisario Inspector y no era necesario que nadie se embarcara desde Europa para explicárnoslo.El olvido como garantía de la continuidad de las especies,y la fotografía insertándose en la maternidad como el libro del doctor Spock en la puericultura."Los ciervos se olvidan de los ciervos",dice un proverbio oriental.Bueno,vamos a ver como se las arregla la memoria con el cine y las caseteras de televisión.

Acodado también en la barandilla del barco,el terrible Bairoletto se ofrece paralelo al horizonte y,en cierto sentido,a la línea del mar que el barco va dejando detrás de si.El temible bandido guarda una relación particular con el mar. Por eso lo enfrenta como un interlocutor valido,no como un hombre que de pronto se empequeñece ante el prodigio.El mar es lo indeterminado,y el celebre Bairoletto encarna lo específico : el delito,el extremo de la abstracción.Los peces,piensa,no pueden delinquir.La culpa no les pertenece,no existe entre ellos,no les es propia.La culpa es nuestra construcción,lleva nuestra marca,nosotros la fabricamos y luego la arrojamos sobre el animal,las especies indefensas,ya sea la vaca que destruye un alambrado,o el asno que de una coz rompe la frente de un idiota.Estas reflexiones lo llevaran muy lejos,de una manera u otra,hasta construir la abstracción simétrica,la ley. Como se la imagina? Encarnada en un cuerpo pequeñito,casi infantil,casi esférico. Es que puede corporizarse la ley? Y que puede hacer la ley,corporizada o no,frente al delito? Revivir el cuerpo muerto,reconstruir el objeto robado y hecho añicos,devolver la vida a la madre degollada,reemplazar el tiempo perdido? No. Y entonces,de nuevo: qué puede hacer la ley frente al delito? Casi nada : apenas cruzarse con el,como dos focos potentísimos que por un instante se enfrentan y se encandilan mutuamente.

Lady Chevesley,perpendicular al mar,se acurruca contra su amante.El barco parece moverse impulsado por el suave arrullo que se prodigan,deslizarse como un patín sobre la línea que desemboca en Buenos Aires. Por que navegan hacia allí? Una noche terriblemente española,el celebre Bairoletto soñó con una ciudad imaginaria,una ciudad desordenada,escúalida,y sin embargo,grande,donde todo era contradictorio y las cosas se sucedían,como en el sueño,sin relaciones de causalidad.Las ideas parecían rocas,inmunes al viento,o a las mareas -casi inexistentes por otra parte- de un río petrificado y sucio.No cambiaban por siglos.Y de repente,se deshacían por completo.Un día cualquiera, la ciudad borraba sus recuerdos,se despojaba de todo lastre de memoria.Y había cúpulas,millares de cúpulas escondidas entre los edificios cuadrangulares,como torres mal formadas,imitación de quién sabe qué.La cruzaban fantasías de grandeza,y había miles de mesas de billar.Era,en suma,un oscuro galimatías de cemento.Y en medio de todo aquello,solitaria y silenciosa,florecía* la flor gitana.Esa misma noche, Lady Chevesley susurró en sueños: iremos a Buenos Aires.

Pero Buenos Aires,por ahora,es solo una fantasía para Lady Chevesley: el cable eléctrico que desmoronó su recuerdo se propaga como un liquido por toda su memoria. Acaso recuerda a Sir Antony Parsons? No. Ni siquiera puede imaginar que en la bodega de ese mismo barco,viaja,subrepticiamente escondido. Cómo podrá recordarlo,entonces? Y al parsimonioso caballero Guillaume de la Tour? Tampoco. Son flashes de luz,y después,nada.Recuerda la ausencia de recuerdo,esta en un punto alejado y extraño,como suspendida sobre el mar,en el vértice de un triángulo cuyos otros dos vértices son la totalidad y la amnesia.

El mar,irisado como un relámpago,no le sirve de ayuda.El sol brilla sobre el con suma placidez,abandonando toda solemnidad astronómica para someterse a los rigores de un paisaje necesariamente estático.Esta quieto y sin embargo la distancia que lo separa del horizonte disminuye.Lady Chevesley trata de evocar la Plataforma de Elsinore donde intentó defenderse de Sir Antony Parsons.Y no puede.Trata de evocar el castillo-chalet de L'Arbre sur L'Oise,donde soportó el asedio de Guillaume de la Tour.Y no puede.Trata de recordar el festín renacentista de Leontino Melazzi,y el vivido terror de la ermita.Y no puede. Por qué no puede recordar ? Y entonces trata,por pasos sucesivos,de aproximarse a la medula de la memoria,a la pregunta que la define,que le permite separarse del pensamiento puro y flotar suspendida en él como los icebergs que cruzaron hace algunos días,la pregunta que le da forma y contenido,o más precisamente, contexto : qué es lo que se puede recordar?

El terrible Bairoletto no tiene una respuesta adecuada :lanza ideas al azar,alocadas,criminales,subliminales : las formas geométricas? Las ideas? Lo rugoso? Lo ágil? Qué colores pueden formarse con los pigmentos de la memoria ? Los recuerdos se colorean con la mezcla de tres tonos fundamentales,como la televisión? A veces piensa que lo que se piensa,es el tiempo,y lo que se recuerda,es lo que se desprende del tiempo ,que lo que se piensa,es lo continuo,y lo que se recuerda,es lo discreto. Las películas se recuerdan? Por que de pronto se recuerda algo,pero de un color diferente,y ese recuerdo no se puede modificar? En cambio,se puede pensar ese recuerdo de la manera que uno quiere.Acostumbrado a las sutiles justificaciones del delito,el terrible Bairoletto desliza al oído de Lady Chevesley estas tremendas conclusiones : lo que se recuerda es lo que se desprendió del tiempo,lo que dejo de fluir,lo que quedo a un lado,lo que permaneció sin integrarse a nada,lo que,viniendo desde el pasado,esta impedido por completo de transformarse en objeto presente. En suma, que los únicos objetos que pueden recordarse son las antigüedades.

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