Durante siglos, pacientes alquimistas
buscaron oro, trataron
de arrancarlo del mercurio, o de la tierra
revolvieron y estrujaron la materia
en vano.
Y sin embargo, la materia se transmutaba ante sus ojos, serpenteaba por la Tabla Periódica
y unos átomos y otros átomos
cambiaban su identidad.
Nada es inmutable.
Todo es vanidad.
Rubek Warner, Salomón y los isótopos
2 comentarios:
Agradezco su trabajo que ha inspirado el propio. La divulgación entre las cosas maravillosas de la vida... Sobre la naturaleza del hombre y la técnica que nos ha modificado el curso...
Y el arte.
Un placer visitar su portal
Exacto, todo es vanidad.
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