martes, 21 de agosto de 2012

Incognitas de la luna

La luna vino a la fragua
Con su polison de nardos.
El niño la mira, mira
El niño la esta mirando.  

Federico García Lorca

Romancero Gitano


Curiosamente, aun hoy no se sabe qué fue primero: si la Tierra o la Luna. Se sabe, sí, que tienen aproximadamente la misma edad unos cuatro mil quinientos millones de años y que los respectivos orígenes no pueden diferir en más de cien millones de años: tal es la evidencia aportada por las rocas lunares traídas por las misiones Apolo. Aunque si bien cien millones de años pueden parecer poco en tan larga historia, la coquetería de los astros suele estar hipertrofiada y es probable que ni la una ni la otra sean indiferentes a ese problema de precedencia.

La Luna, en realidad, es un enigma, y no solo porque es nuestro satélite. La Luna, por lo menos entre los planetas interiores, Mercurio, Venus, la Tierra, Marte, tiene un status especial: su tamaño (solo un poco menor que el del planeta Mercurio) y la relación del diámetro lunar con el de su astro central (la Tierra) es lo suficientemente grande como para que, más que un satélite, atrapado por los azares de la gravitación, pueda considerarse un verdadero planetoide, que por alguna razón, integro un sistema con nuestro planeta. Si es tan especial, puede suponerse que su origen también fue especial. ¿De dónde salió? No se sabe.

Una de las teorías tradicionales sobre el origen de la luna (heredada desde el siglo pasado) sugería que esta era, sencillamente, un pedazo de nuestro planeta, una inmensa burbuja desprendida en épocas tempranas, cuando la tierra era más joven, más fluida, más flexible, y rotaba mas rápidamente. Algunos elementos de juicio apoyan esta hipótesis (la similaridad química entre la Luna y el manto terrestre, o el progresivo alejamiento de nuestro satélite unos tres metros por año) y otros juegan en contra (la velocidad de rotación de la tierra primitiva necesaria para el desprendimiento de la luna es demasiado alta).

Otra hipótesis sitúa los orígenes en los planetoides (embriones de planetas) que se formaban durante el turbulento nacimiento de nuestro sistema solar: la anarquía reinante permitió que dos de ellos orbitaran uno alrededor del otro, formando el sistema geo lunar (pero esta hipótesis también adolece de fallas: si fueron dos planetoides independientes: ¿cómo se explica la similitud química?). Una tercera variante (muy reciente) sostiene que, en las épocas del nacimiento de la tierra, un planetoide choco contra ella, desprendiendo un enorme chorro material que, primero dispuesto como un anillo alrededor del planeta, y luego consolidándose gravedad mediante, habría sido el origen de la luna. Como todas las demás, esta hipótesis tiene sus ventajas e inconvenientes.

La verdad es que en relación al origen lunar, todavía estamos en veremos. El tango, que tanto se ocupo de la luna, ya lo señaló, con su habitual agudeza: Luna de mi arrabal/que con la Tierra naciste/todavía no sabemos/ si llegaste o si te fuiste. /No me amures como hizo/esa maldita percanta/ que me dejo abandonado/ solo contigo, y en llanta.

1 comentarios:

Ingenieros dijo...

Esto todo un misterio sobre el origen de la luna.

El caso es que esto seguira siendo una paradoja sobre quien fue primero: si la Tierra o la Luna.

Saludos