jueves, 1 de enero de 2009

La ciencia y el deporte

Publicado en Página /12

Martín De Ambrosio fue integrante y colaborador de Futuro durante mucho tiempo. Ante la publicación de su último libro, y del mismo modo que con Mariano Ribas, una breve charla con él.

Por Leonardo Moledo
El deportista científico
Por qué las pelotas no doblan y otras jugadas de laboratorioMartín De AmbrosioSiglo XXI,
Colección Ciencia que ladra,123 páginas
--El deportista científico... mmmmm...., me imagino que no te referirás a los científicos que practican deporte...
–No, pero curiosamente de un tiempo a esta parte uno de los deportes preferidos de los científicos es analizar qué hacen los deportistas.
–¿Y cómo se te ocurrió la idea de este libro?
–Como sucedió con el libro de los perros.
–El mejor amigo de la ciencia..., me acuerdo... ¿era en esta misma colección?
–Sí.
–Pregunté por preguntar, ya que sabía que era en esta misma colección. Era muy bueno. Además, te reconcilió con los perros. Pero volviendo a los deportistas...
–Mi intención fue escribir sobre algo que no tenga muchos antecedentes en formato libro. También en este caso comencé a ver una gran cantidad de papers científicos que tratan del deporte en sus diversos aspectos y fui, digamos, desandando el camino.
–Ahora, a vos te gusta mucho el deporte; incluso, si mal no me acuerdo, escalaste el Aconcagua.
–Aunque sin llegar a la cima.
–Bueno, es un detalle. Yo tampoco llegué a la cima.
–Pero ni siquiera intentaste escalar.
Por supuesto que no. ¿Saber cómo es la física del deporte le puede quitar encanto a practicarlo?
–No, de ningún modo. Una de las cosas que comprobé al hacer el libro, y que espero que se note al leerlo, es que no hace falta saber nada de ciencia para la práctica. De hecho, me permito ironizar sobre las investigaciones de un científico brasileño que estudió desde la física los movimientos de Pelé y dijo que Pelé demostraba un conocimiento perfecto de la física newtoniana.
–Difícil que resolviera las ecuaciones de movimiento a cada momento... ¿no?
–Y, sí. Es como decir que nadie sabe más de biología que una gallina porque es capaz de poner un huevo de modo perfecto.
–Eso vendría a ser como el viejo asunto de la puesta de sol, ¿no?
–A ver cómo es eso...
–Es por esa historia de que si uno conoce el fenómeno de la puesta de sol ya no le parece tan linda...
–Ah, sí, claro. Te referís a aquello de que Newton destejió el arco iris al explicarlo.
–Y sobre lo cual Dawkins escribió un libro que se llama precisamente así: Destejiendo el arco iris.
–Sí, sí. Lo cuento explícitamente cuando hablo de cómo los basquetbolistas “vuelcan” la pelota y parece que desafían la ley de gravedad. La explicación que doy tiene un cierto grado de banalidad pero saberlo creo que no rompe la magia de ver a Kobe Bryan hoy. De hecho, en algún momento el libro se iba a llamar “Destejiendo a Michael Jordan”...
–No sé quién es Kobe Bryan.... pero bueno..., vos de alguna manera develás lo que hay por debajo..., ¿o por arriba? de cada movimiento... mmmmm..., y ahora se me ocurre preguntarte precisamente eso: ¿por debajo o por arriba?
–Humm, veo que la conversación se hace un tanto platónica.
–Y, sí.
–Mirá, yo pertenezco claramente al mundo sublunar, donde todo es corrupción, así que podemos seguir obviando definiciones filosóficas, si te parece.
–Sí, además, porque se me acaba el espacio. Pero dos últimas preguntas. Le dedicás el libro, entre otros, a un personaje de ficción. ¿Quién es?
–El famoso doctor Gregory House. Todo lo que sé de moral humana lo aprendí de él.
–Y la última: ¿te considerás un periodista científico, un escritor, un divulgador de la ciencia...?
–Mmmm.... hago las tres cosas pero no me “considero” ninguna de ellas, claro. Hago lo que puedo.

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