jueves, 7 de marzo de 2013

Política y luchas de poder entre los peces

DIALOGO CON FELIPE ALONSO, LICENCIADO EN BIOLOGIA, LABORATORIO DE NEUROENDOCRINOLOGIA Y COMPORTAMIENTO


Los peces chanchita machos pelean constantemente por el estatus jerárquico. Sólo los que están más arriba en la escala social pueden aparearse. No se sabe bien si los que están más abajo tienen conciencia de su lugar en la escala.

–Cuénteme.
–Básicamente, yo trabajo con el pez chanchita (syclasoma dymerus). Durante mi tesis de licenciatura, lo que hice fue caracterizar el comportamiento de esta especie. Luego lo que hice fue tratar de ver qué ocurre con estos peces cuando se produce un cambio en el estatus social.
–A ver, a ver... –Estos peces mantienen relaciones sociales a través de interacciones agresivas y hay algunos individuos mayores en la jerarquía de dominancia que se van a reproducir, y esos individuos, cuando son depredados, son reemplazados. Lo que yo estudié fueron esos movimientos.
–A veces lo que me divierte es que los adoradores de la naturaleza piensan que la naturaleza es un lugar plácido, gentil y amigable y no se dan cuenta de que en realidad es una guerra brutal. –Tal cual. Darwin mismo lo decía en su libro. La cantidad de veces que usa términos como “competencia” es inmensa, por sólo citar un ejemplo.
–Y es una competencia brutal. Más brutal que entre los humanos. –Sí, claro. Incluso hay quienes lo han criticado a Darwin en función de que no tuvo en cuenta el cooperativismo de algunas especies...
–Pero, de todas maneras, no es la imagen idílica que dieron los románticos. –Sin duda que no lo es.
–Pero volvamos a los pescados. ¿Hay una jerarquía entre los pescados? –Sí. Está el macho alfa, después el beta uno, el beta dos, el beta tres, y así sucesivamente.
–¿Es una escalera lineal? –En esta especie, sí. Es una jerarquía lineal.
–¿Y si se pone uno nuevo? –Ya están establecidos los territorios y las jerarquías, por lo cual ese individuo nuevo va a ser atacado por los otros individuos hasta que se establezca una nueva jerarquía en la que ese individuo ocupe un lugar. Pero lo que ocurre normalmente es que cuando un individuo nuevo es introducido, queda abajo en la jerarquía: gana siempre el que ya está establecido. Ese es un principio que se da en general.
–Xenofobia. –No sé si llamarlo de ese modo, pero bueno, es algo así.
–Las comparaciones biológicas son siempre peligrosas, pero vale la pena saber que esas conductas humanas también existen entre los animales. –Por supuesto. No es un mundo igualitario. Entre los peces hay este tipo de cosas. También hay, y esto le parecerá curioso, peces homosexuales.
–¿Cómo es eso? –Bueno, otra vez estamos arriesgando con la comparación, porque obviamente en los peces no hay una conciencia de la situación como sí la hay entre los humanos. Pero lo que se observa concretamente es que hay peces de muchas especies que se hacen pasar por un individuo del sexo opuesto. E incluso llegan a formar una pareja y a estar con un individuo del mismo sexo.
–Con las últimas leyes, podrían tener un DNI apropiado. –Sí, claro.
–Pero volvamos: estábamos hablando de los cambios de jerarquía. –Bueno, nosotros sabíamos que cuando el macho dominante es sustraído, el que está abajo en la jerarquía social ocupa su lugar y su territorio. Como esta jerarquía se mantiene costosamente a través de interacciones agresivas entre los individuos no reproductivos...
–¿Los individuos quieren subir en la jerarquía o se conforman? –Todos los individuos están permanentemente agrediéndose entre sí, y en el momento en que se saca a un dominante, el que viene atrás inmediatamente ocupa el espacio. Pero el tema es que sólo los que están más arriba llegan a reproducirse. La pregunta es, entonces, por qué estos individuos no reproductivos invertían tanta energía en pelearse y en hacer todo eso. Y la conclusión a la que llegamos es que tal vez se estén preparando constantemente para la experiencia en que se sustraiga al macho alfa, para la oportunidad de llegar a reproducirse, tener un territorio, etcétera. Entonces lo que hicimos fue ver si antes de sacar al macho dominante podíamos ver si estos animales podían anticiparse a esta situación, si podían anticipar el hecho de que iban a ascender con cierta probabilidad en un futuro cercano. Esa probabilidad la medimos relacionándola con la jerarquía social: los individuos de mayor jerarquía social son aquellos que tienen mayor probabilidad de ascender, y lo que vimos es que esos individuos, en su fisiología reproductiva, estaban mucho más preparados para reproducirse rápidamente que los de menor jerarquía. Eso implica un gasto energético para el individuo: tiene que gastar energía de lo que come en desarrollar gónadas, ovarios, testículos. Y los individuos de menor jerarquía no. Lo que pensamos nosotros es que esos individuos que no desarrollan invierten más en su crecimiento, para tratar de subir en la escala. Y como lo que determina la jerarquía social es la fuerza, el tamaño y el peso del individuo, los individuos de menor tamaño lo que hacen es intentar aumentar su tamaño. En lugar de invertir en su sexualidad, lo hacen en su crecimiento. Como “saben” que tienen pocas posibilidades.
–¿Por qué lo dice entre comillas? –Usted lo puso entre comillas, usted es el que escribe. Pero está bien que lo haya puesto entre comillas, porque en realidad no tienen conciencia de todas esas cosas. No se puede decir que los peces efectivamente son conscientes de que van a ascender de estatus social; lo que podemos decir es que sufren cambios fisiológicos y que esos cambios han sido seleccionados evolutivamente. No podemos decir que esos cambios los hagan conscientemente. Aunque podría ser, pero es un problema terrible estudiar el tema de la conciencia en seres vivos no humanos. Se han criticado mucho en los estudios de comportamiento las suposiciones acerca de lo que está pensando o suponiendo el individuo. Porque la única forma que tenemos de saber lo que está pensando un individuo es a través de nuestra propia experiencia en realidad.
–¿Pero usted piensa que hay algún embrión de pensamiento? –Sin duda. Cuando uno observa a los peces se da cuenta de que no se comportan como un robot, sino que tienen capacidad de toma de decisiones y que pueden resolver cosas y mostrar comportamientos muy complejos. Pueden, por ejemplo, manipular objetos, transformar el ambiente en que viven, hacer pozos, traer una piedra y ponerla para poner huevos, de-senterrar plantas para llevarlas a otro lado. Si uno tira un palo arriba de sus huevos, lo agarran con la boca y lo tiran a un costado. Evidentemente, no son robots que funcionan a estímulo respuesta.
–Reaccionan a situaciones nuevas. –Sí, y tienen capacidad, frente a esas situaciones nuevas, de generar nuevas estrategias.
–¿Sueñan los peces? –Esa sería una buena pregunta para hacerse, no lo sé. Es probable que tengan alguna experiencia de ese tipo.

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