domingo, 27 de diciembre de 2009

"El evangelismo está llegando a las clases medias" (Parte II)

SEGUNDA PARTE DE LA ENTREVISTA A CESAR CERIANI CERNADAS, ANTROPOLOGO DE LAS RELIGIONES



–Ahora volvemos sobre esto, que me interesa mucho. Pero antes de seguir: ¿qué es la Iglesia Pentecostal?
–Es una corriente de evangelismo que hace énfasis en los dones del Espíritu Santo y que surgió en los principios del siglo XX en las comunidades negras de Los Angeles. Se hizo muy fuerte a partir de los años ’60. Muchas iglesias de tradición protestante empezaron a tener ramas más pentecostalizadas. Eso es algo muy interesante, porque es un movimiento que ha tenido tanta fuerza que incluso la Iglesia Católica tiene su costado pentecostalizado. Es esta dimensión con énfasis en el baile, el canto, la presencia de la divinidad...
–La Iglesia Católica ofrece redención frente al pecado. ¿Hay redención en la Iglesia Protestante o uno debe cargar con el pecado toda su vida?
–En los calvinistas no hay redención: la predestinación es muy fuerte y uno debe hacerse cargo de sus pecados. Pero en general los protestantes (bautistas, luteranos), incluso las ramas más evangélicas pentecostales, u otras ramas heterodoxas como los mormones o los Testigos de Jehová, sí creen en la redención y en la posibilidad de perdonar los pecados.
–¿Cómo sabe uno que fue perdonado?
–Eso es clave para pensar la noción de individuo. Max Weber ha visto que el protestantismo fue muy importante para configurar el lugar del individuo moderno. Muchos creen que todas las luchas protestantes terminaron por crear el individualismo moderno. Toda la cultura protestante tiene la idea de que en el fondo de la conciencia de uno está Dios. ¿Cómo hacen para saber que fueron perdonados? Bueno, a través de sus propias convicciones. Ellos creen tener una certeza que la pueden distinguir a nivel de la paz espiritual, una sensación de que se ha “nacido de vuelta” o de haber sido bautizado por el Espíritu Santo. Hay algo curioso en el pentecostalismo, que es que hace mucho hincapié en el valor de la emoción. Si uno habla con un pentecostal le va a decir, por ejemplo, que caminaba por el monte y pensando en su vida se puso a llorar muy fuerte, y no podía parar, y ése fue su contacto con Dios, que le dio su perdón. Otras ramas tienden más a la palabra: por ahí un religioso de estas otras ramas no va a hablar de esas sensaciones tan físicas sino de una charla que tuvo con un pastor, o con Dios, y que lo ayudó a darse cuenta de que sus pecados habían sido perdonados, o de que debía entregar su vida a Jesús.
–Antes de esta digresión estábamos hablando de las clases sociales que se convierten a estas religiones.
–Sí, y le decía que es un fenómeno que, creo, está atravesando las fronteras de las clases populares. Pienso en el caso de Bernardo Stamateas, que es pastor de la Iglesia Bautista, escritor de libros de autoayuda y que está muy en boga ahora. Es un caso muy interesante: es de clase media, de familia de griegos, es sexólogo, psicólogo deportivo y pastor. La que dirige es una Iglesia muy de clase media, centrada en las posibilidades de crecimiento individual. Esto sirve para ver cómo se tornan porosas las fronteras de la religión, la autoayuda, la psicología. El evangelismo, aquí, no se limita para nada a las clases populares. De todos modos, en general, hay correspondencia entre las iglesias en las que se da más rienda suelta al éxtasis popular y las clases empobrecidas. Eso, sociológicamente, no es extraño.
–El siglo XX vivió un fenómeno de laicización de las clases medias y altas. El Evangelismo creciente, ¿hace retroceder ese fenómeno? ¿O simplemente es una transferencia de gente de la Iglesia Católica al evangelismo? Digamos: ¿la religión le está ganando lugar al laicismo?
–Creo que habría que estudiarlo. Es interesante ver cómo la Iglesia Católica tuvo todo un conflicto con la laicización. Creo que no es azaroso este cambio de pertenencia religiosa a iglesias que son, en general, absolutamente laicas. ¿Qué quiero decir con esto? Bueno, la Iglesia mormona, por ejemplo, permite que todos los varones a partir de los 12 años sean sacerdotes. Salvo muy pocos cargos, los de las más altas cúspides de la Iglesia, son sin sueldo alguno, dependen de la propia voluntad del miembro. Creo que eso demuestra cómo estas iglesias intentan generar un compromiso más fuerte con la institución...
–Pero también se puede pensar al revés, que la Iglesia Católica es más laica. Por empezar, la interpretación de la Biblia por los evangelistas es mucho más literal. Y me parece que la religión es más invasiva en todos los aspectos de la vida. En el catolicismo, si uno no es muy creyente, va a misa y ahí se acaba todo. Digamos que el ritual está más confinado: se termina en el momento en que el cura dice “yo te absuelvo”, o con la comunión.
–Bueno, yo creo que lo que decía es que la Iglesia Evangelista es más democrática, que en general los propios miembros llevan adelante la institución. Pero lo que dice usted es verdad también: en la Iglesia Católica uno hace su vida de manera mucho más independiente. Los grupos evangelistas piensan la religión de manera mucho más holística, como era la Iglesia antes de que naciera el Estado-nación moderno. Por eso Marx hablaba de la religión como la “teoría de este mundo”.
–¿Y la relación entre la Iglesia y el Estado? ¿Las Iglesias evangelistas intervienen en las decisiones del Estado?
–Acá, si bien ha habido estudios sobre eso, no aparece de modo tan fuerte como en Brasil. En Brasil, una de las patas importantísimas para el triunfo de Lula fue una alianza evangélica capitaneada por la Iglesia Universal del Reino de Dios, que es una corporación tremenda. La derecha evangélica brasileña en su momento se alió al PT para que Lula ganara. En Estados Unidos también es conocida la injerencia de la derecha evangélica. En Argentina creo que todavía está un poco más verde el asunto.
–Hay una historia muy curiosa. Durante la época del nazismo, los evangelistas (especialmente los Testigos de Jehová) no se callaban para nada. De hecho, iban a parar a los campos de concentración.
–Acá mismo, desde el ’76 en adelante, también tuvieron muchísimos problemas por ese anabaptismo de la vieja escuela de no creer en la legitimidad de los símbolos patrios, de los símbolos asociados a la pertenencia nacional.
–Y los Testigos tenían cierta jerarquía en los campos de concentración. Los jerarcas nazis se dejaban afeitar por ellos... ¿Pero qué pasó con los otros grupos frente el Proceso?
–En Argentina, durante la época del Proceso Militar, hubo corrientes del metodismo que fueron muy activas, grandes defensoras de los derechos humanos. Probablemente sea la rama más progresista del protestantismo, que es muy heterogéneo. Los mormones me atrevería a decir que no tienen un costado progresista; tienen una alianza muy fuerte, en Estados Unidos, con el Partido Republicano desde hace mucho tiempo; han sido fervorosos abanderados contra el comunismo en los años ’50. Ellos siempre buscan tener un trato cordial con el gobierno de turno, para poder difundir su fe. Cómo sean los gobiernos, es una cuestión aparte. Los más progresistas, los más liberales, los más intelectuales, en general, se congregan en el Isedet (Instituto Superior Evangélico de Estudios Teológicos). Es una especie de federación de facultades de teología.
–¿Hay estadísticas en las que se pueda confiar sobre la cantidad de gente asociada a movimientos evangelistas? Porque yo sé que en uno de los censos la Iglesia presionó para que no se preguntara la religión, porque tenía miedo de que se notara el fenómeno evangélico.
–La verdad es que no estoy muy al tanto de las cifras reales.
–¿Pero más o menos qué proporción cree que hay de evangelistas? ¿El 1 por ciento, el 20 por ciento?
–Yo calcularía, hipotéticamente, que habrá unos seis millones de personas.
–Ahora me gustaría preguntarle cuestiones históricas.
–Adelante.
–Cuénteme un poco de dónde surgen las diferentes ramas del protestantismo. Empecemos por los anabaptistas...
–Los anabaptistas surgen un poco después de la revolución campesina de 1530 de Thomas Muntzer, la primera revolución comunista de la era moderna. Es la que va más allá de la reforma de Lutero: propone la propiedad en común, la inexistencia de riquezas, la idea de que la heredad de los pobres ha llegado. Consistió en una serie de revueltas muy importantes lideradas por Muntzer, un teólogo muy radical que llevó demasiado lejos los razonamientos luteranos. tan lejos que el propio Lutero dio el visto bueno para la represión de esas movilizaciones. Su doctrina había sido deformada demasiado peligrosamente...
–¿Y los baptistas?
–Son el costado inglés, generado por Enrique VIII de una manera muy instrumental (porque se desafilió de la Iglesia Católica solamente para poder divorciarse). Como vio que Lutero y Calvino estaban haciendo una teología interesante, se plegó parcialmente a la Reforma. Pero la Iglesia Anglicana, ya para 1600 (la época cercana a la época de Cromwell), era muy criticada por no haberse plegado realmente a la Reforma. De ahí surgen dos grupos: los metodistas de John Wesley (un gran teólogo anglicano) y los bautistas.
–¿En qué se diferencian?
–La Iglesia Baptista prescribía el bautismo adulto, lo cual implicaba la libre decisión y no la herencia. El metodismo fue llamado así por el énfasis en el trabajo incesante, en la honestidad en los intercambios comerciales... La verdad es que las diferencias teológicas no son muchas, ni tampoco son demasiado diferentes en la organización.
–Me hace acordar un poco a La vida de Brian, esa película tan increíblemente divertida de Monthy Pyton.
–No es demasiado diferente.

1 comentarios:

Carlos dijo...

Muy interesante. Nos guste o no (yo soy ateo)los fenómenos religiosos tienen notable influencia en lo social, en lo artístico, en lo literario. Respecto de Lutero y Calvino, los grandes cismáticos, hay un buen análisis en El miedo a la libertad, de Erich Fromm, sobre todo respecto de la "predestinación". Los calvinistas son "el grupo elegido", al igual que los judíos, los brasileros y, naturalmente, los argentinos.