miércoles, 30 de diciembre de 2009

La Dama de la Torre: Capítulo 3


Una torre maldita, el asesinato de un lógico prestigioso en pleno barrio de Almagro y una extraña sociedad: SOLOG.
En el capítulo anterior, nuestro narrador y el Inspector Díaz Cornejo recorrieron los pasajes de la Sociedad Argentina de Lógica. Revisaron la biblioteca y, entre los tratados de filosofía y matemática, un extraño descubrimiento: best-sellers. The Lady in the Tower, una novela inglesa, moderna pero gótica, exótica, que el azar o el destino llevó hasta esa biblioteca, una novela  conocida para nuestro narrador.
¿Tendrá alguna lógica?


CAPITULO 3

A media cuadra encontramos un café bastante pasable. En una mesa cercana, los tres alumnos hablaban en voz baja, como conspirando. -  Permítame que se lo resuma en dos palabras antes de que vuelvan a interrumpirnos -  dijo el Comisario Inspector  - Faltan ataúdes.

-  Faltan ataúdes?

-  Efectivamente. No se consiguen más. Nadie sabe qué pasa. Las fábricas cerraron repentinamente ya que no pueden seguir trabajando. Eso dicen, al menos.

-  Y por qué?
 - Misterio.Todavía las casas de pompas fúnebres están operando con los que quedaron en stock. Usted sabe, los usan, luego sacan el cadáver y los vuelven a usar. Pero no todos aceptan esa práctica y pronto van a faltar por completo. Y el Departamento de Policía pretende que yo investigue el problema! Por eso le pedí su ayuda. Porque lo más grave es que, como ocurre siempre en estos casos, al faltar ataúdes se muere más gente que nunca.

-  Vayamos de a poco. Ya habló con los empresarios de pompas fúnebres?

- Por teléfono.

- Y que le dijeron?

-  Que cuando reclaman ataúdes a las fábricas, les contestan que no tienen, o no contestan el teléfono, o contestan que ya van y no aparecen más. El caso es que no hay, lo cual es insólitamente peligroso en un país con una necrofilia tan desarrollada.

-  Y no probó dirigirse directamente a las fábricas? Me parece que este es un caso típico de piratería funeraria. No será una vulgar especulación para que aumenten de precio?

El Comisario Inspector sacudió la cabeza. - Ojalá fuera eso, o por lo menos ojalá fuera sólo eso. Sospecho que hay algo más grande detrás. Y ahora me encajan este asesinato. Y de un lógico, nada menos. Qué sabe usted de lógica?

-  Poco y nada.La lógica no es mi fuerte. Sólo lo que estudié en la facultad, y con eso apenas me alcanza para vivir.

-  La lógica no sirve para vivir - dijo el Comisario Inspector -. Más bien es un obstáculo permanente.

Me dí cuenta de que los alumnos nos estaban mirando. Quizás hasta escucharan lo que hablábamos. Se asombraban, sin duda.
-  Las dos cosas podrían estar conectadas - dije.

- Qué dos cosas?

-  El problema de los ataúdes y del lógico.

-  Es un disparate. Por qué van a estar conectadas?

-  No hay ninguna razón precisa, pero no cuesta nada conectarlas. Ahorra trabajo y establece relaciones causales interesantes.

-  Déjese de divagar y ayúdeme,que para eso lo llamé. Qué le parece que hagamos?-   dijo el Comisario Inspector   Porque la verdad es que me siento perdido.

-  Me gustaría ir a ver personalmente esas fábricas de ataúdes cerradas. En cuanto al lógico, bueno. Creo que primero habría que hacer toda esa serie de interrogatorios y tratar de resolverlo como un asesinato cualquiera, como si se tratara de un anátomo patólogo.

-  Si se tratara de un anátomo patólogo haría falta una solución anátomo patológica. Pero ahora necesitamos una solución lógica, ni más ni menos.

-  No necesariamente.

-  Imperativamente.Porque la gente toma la muerte de un lógico como un fenómeno natural. Voy a mandar a un par de policías para que hagan todas las averiguaciones del caso y mañana, si le parece bien, vamos a visitar las fábricas funerarias. Qué le parece?
-   Me parece bien.- dije.Y era cierto.No hay nada como la mañana para la muerte. La construcción de un ataúd es el primer paso hacia el más allá. Es dar a la muerte un sentido concreto, es convocar anticipadamente a las lloronas para un cadáver abstracto, que todavía no es. Montones de gente se están muriendo en estos precisos momentos, en los hospitales, en los hospicios y en las casas. Y el fabricante de ataúdes puede preguntarse: para quién será esta madera que cepillo amorosamente, mientras canturreo el último hit? Quién ocupara este dulce espacio que fabrico? Quién rellenará este ámbito tibio que contribuyo a crear?

-  Usted tiene una visión romántica de los fabricantes de ataúdes.

-  Todo el mundo la tiene. No estarán en huelga?

-  La huelga es incompatible con ese tipo de profesión  - dijo el Comisario Inspector -.  La huelga es un esfuerzo vital, regido por la lucha de clases, que arruinaría por completo esta industria.De hecho, creo que un obrero funerario que se declarase en huelga, ya no podría volver a un trabajo cuya única razón de ser es la continuidad. Tendría que instalarse por su cuenta y dedicarse a la encuadernación, o a la cerámica.

-  O a la lógica.

- O a la lógica. En verdad, la lógica me parece la mejor ocupación para un funebrero frustrado.

1 comentarios:

Cine Braille dijo...

Como dijo el funebrero de mi ciudad natal, no es por desearle el mal a nadie, pero que nunca me falte trabajo.
Me está gustando la novela, arrancó bien.