miércoles, 24 de marzo de 2010

El horror nuestro de todos los días

La Argentina siempre fue impiadosa con sus científicos: olvidó a Ameghino, destituyó a Houssay, un generalete imbécil apaleó a profesores de la Facultad de Ciencias Exactas, un interventor fascista echó a diestra y siniestra a la primera línea de la universidad, un editorial de la revista Cabildo deshizo en un día el centro de investigaciones de San Miguel. Y el gobierno terrorista que se inició el 24 de marzo de 1976 mató, hizo desaparecer y expulsó del país a nuevas oleadas de científicos y calcificó –otra vez– la investigación en la Argentina, al mismo tiempo que sometía a buena parte de la población e imponía un modelo económico que llevaría a la Argentina al desastre y al ciclo infernal del endeudamiento.
El terror es intransferible. Es difícil explicar a quien no lo padeció lo que significaron esos años y cómo el terror se mezcló, paulatinamente, en la vida cotidiana. Porque la dictadura no solamente significó asesinato a mansalva, desapariciones, robo de bebés, torturas aberrantes a los hijos delante de los padres, apropiación de los bienes de los desaparecidos, ocultamiento y usurpación de identidades, partida al exilio de miles de personas. Significó también la transformación del terror en una costumbre, en un líquido oscuro y permanente que invadía, permeaba, ocupaba los rincones de la vida cotidiana.


Instalación realizada por el planetario Galileo Galilei el 24 de marzo de 2006 en homenaje a los científicos desaparecidos durante la última dictadura militar


La noche absolutamente silenciosa y tensa, sólo quebrada por continuas sirenas policiales (¿cómo es que nadie sabía nada?, ¿no oían?, ¿creían que se trataba de ambulancias?); el ascensor deteniéndose de pronto en medio de la noche y provocando un despertar súbito, y unos minutos de alerta horrorosa hasta que regresaba el silencio; los soldados revisando bares y ómnibus; los diarios informando (en clave) de secuestros y desapariciones día a día (“tantos guerrilleros fueron abatidos en...”, “en un enfrentamiento con el ejército murieron....”); el susurro sobre qué y a quién habían ido a buscar; el paulatino irse enterando de cuál era el destino de los desaparecidos; la indiferencia de gran parte de la gente que creía al pie de la letra (¿y de buena fe?) los informes del gobierno y colocaba en sus autos cartelitos oficiales: “los argentinos somos derechos y humanos”; sentirse como un animal acorralado entre fieras al acecho; la irresponsable sensación de seguridad durante el día y el pánico apenas empezaba a anochecer... (¿nos vamos?, ¿nos quedamos?, ¿qué hacemos?).

Este blog de ciencia homenajea aquí a los científicos desaparecidos o asesinados durante la dictadura y, junto a ellos, a los treinta mil desaparecidos, y a todas las víctimas. Porque detrás de cada nombre hay una persona que falta, una familia a la que le falta, una facultad, un trabajo, una casa, una cama, un plato, un lugar vacío.



NUESTROS CIENTÍFICOS DESAPARECIDOS:

Facultad de Ciencias Exactas (UBA)


Alumnos: Ainie Rojas, Cherif Omar. Aiub de Caielli, M. Concepción. Aran, Enrique. Ayastuy, Jorge. Báez González, Carlos. Bendersky, Daniel. Belaustegui, Electra I. Lareu Bonafini, Raúl A. Boniato Der, Ana María. Bignasco, Claudio. Borda, Irene Yolanda. Cárdenas, Alvaro. Cassino Nievas, J. Cedola de M., Laura. Cordero, Fernando. Coldman, Marina. Crespo, Rodolfo. Cueto, Jorge A. De la Vega, Luis. Diego, Ana T. Díaz, Ricardo M. García Castelli, Horacio O. Gutman, Alberto M. Lewi, Jorge. Losoviz, Juan C. Auzia, Martín. Menéndez de Días, Graciela A. Ficarra, J. José. Barroso, Paulo. Russo, Cristóbal. Lemos, Mónica M. Monardi, Norma G. Moreno Scalari, Jorge. Murillo, Eduardo J. Odell, Alejandro. Olivares Narvez, José L. Ollero, Inés. Palermo, Rubén. Peón Castro, Alberto E. Pérez Brancato, Jorge. Pérez Weiss, Horacio. Poce, Ricardo César. Pollastro, Eduardo G. Rapetti Alegre. Riqueza, José J. Troncoso, Jorge. Micucci, Daniel B. Minsburg Rodríguez, Víctor N. Santi, Roberto Gustavo. Swttari, Francisco. Segarra, Alicia. Spinella, Miguel A. Strada, Alberto Daniel. Suárez, José L. Sznaider, Jorge. Tapia, Enrique Ramón. Tucci, Enrique. Torrent B., Irene. Val, Roberto. Veca, Mari Luz.

Graduados: Carabelli, Gabriela. Cardbelli, J. Cardoso, Gabriela. Gamban, Carlos. Girondello, Horacio. Giusti, Alberto. Gorfinkiel, Jorge. Huarque, Julián N. Leikis, Ilda. Ludren, Federico. Marx, Leonor. Moyano, Aristóbulo. Misetich, Antonio. Posquini, Eduardo. Simos, Carlos E. Vargas, A. Guillermo. Kurlat, Marcelo. Tarchitsky, Manuel.

No docentes: Montoya, Carlos E. Carvdan, Eduardo. Domínguez, Juan Carlos.

Científicos: Alvarez Rojas, Federico Eduardo (CNEA). Ardito, Roberto (CNEA). Barillo, Jorge Luis (Centro Atómico Atucha). Barroca, Graciela Mabel (CNEA). Bendersky, Daniel Eduardo (CNEA). Bonafini Pastor, Jorge Omar. Caravelle de Patiño, Gabriela (IMAT de la UN de Córdoba). Corsch Laviña, Alberto. Espeche, Enrique Ernesto. Giorgi, Alfredo Antonio (INTI). Gorfinkel, Jorge Israel (CNEA). Grimberg, Susana Flora (Centro Atómico Bariloche). Ikonicoff, Ignacio. Huarque, Julia Natividad. Ludden, Federico Gerardo. Machado de Rebori, Celia Sara. Misetich, Antonio. Pasquini, Eduardo Alfredo. Rus, Daniel Lázaro (CNEA). Schwartz, Miguel (CNEA). Martínez, Eduardo Alberto. Abrales, Héctor Antonio. Balestrino de Careaga, Esther. Chidichimo, Ricardo Darío. Mellibovsky, Graciela. Noriega, Carlos. Segal, Oscar Eduardo. Strejilevich, Gerardo (CNEA). Tarnopolsky, Hugo Abraham. Edelberg de Tarnopolsky, Blanca.

Universidad Nacional de La Plata: Achem, Rodolfo Francisco. Allende Calace, María Virginia Aurora. Barbeito, María Cristina. Barrenese, Octavio Alcides. Bertholet, Horacio Félix. Bonafini Pastor, Jorge Omar. Campano de Serra, Norma Estela. Cassataro Asteinza, Héctor Daniel. Cazalas de Giglio, Virginia Isabel. Contrisciani, Alicia. De la Riva, Carlos Alberto. Edelberg de Tarnopolsky, Blanca. Fernández Menvielle, Lilian Nilda. Galletti, Liliana Elida. Gerardi, Carlos Manuel. Guerini, Guillermo Jorge. Gershanik, Mario Alberto. Greco de Prigione, Dora Cristina. Jotar, Alberto Javier. Karakachoff, Sergio. Lacroix de Ponce, María Esther. Lombardi, Miguel Angel. López Martín, Angela. Medina de Bertholet, Susana Beatriz. Miguel, Carlos Alberto. Porfirio, Roberto César. Quiroga de Porfidio, Mariana Beatriz. Ronco de Aiub, Beatriz Angélica. Savloff, Guillermo. Sobral, Guillermo.

10 comentarios:

Carlos dijo...

Aquí no hay ningún comentario posible.

Fernando dijo...

Nunca más

Anónimo dijo...

Nunca más.

Viejex dijo...

Como dijeron, no hay comentario posible. Permitame, Moledo, recomendar este artículo de un amigo, a tono con este tema.

leonardo dijo...

Creo que la síntesis es esta:
ni olvido ni perdón.

Leonardo

Juan Pablo dijo...

nunca más!

Matthias Gallé dijo...

¿Alguien puede señalarme un lugar donde encuentro más información sobre el 'editorial de la revista Cabildo [que] deshizo en un día el centro de investigaciones de San Miguel'?
gracias,

Anónimo dijo...

Esa gente, personas mas o menos hicieron una guerra interna sostenidos por el comunismo internacional y disfrazados de guerrilleros se dedicaron a secuestra y matar y sabotear a todo el pais. El presidente Peron ordeno con sus ministros la aniquilacion, primero a la Policia, despues a las FF de Seguridad y vencidas estas a las FFAA. Produjeron 21000 hwechos terroristas en 10 años contndo solo lo publicado en diarios nacionales. El resultado está a la vista, No pudieron poner la bandera roja de la hoz y el martillo a la Argentina.

pepe fimenich dijo...

Anonimo esa es la verdad, sin justificar las atrocidades y violaciones de los militares, la realidad es que los TERRORISTAS no lograron su cometido en ese momento, si lo estan logrando hoy

Carlos dijo...

No sé cómo ese anónimo anónimo escribirá con el chaleco puesto. Le debe dictar a la Cecilia Pando.